La Asamblea ha renovado su tinglado, con boxeadores de todos los pesos, con nuevos entrenadores y cartillas muy entretenidas. Las elecciones de las comisiones de credenciales y presupuesto han dejado a los primeros perdedores y ganadores. Por supuesto, el vencedor mostrando músculo y arrogancia. El derrotado repartiendo recriminaciones. En el medio, una sociedad civil atenta a la polarización para tomar su bando. Los proVamos y los antiVamos. Quienes apuestan a RM y los que detestan esta facción. El menú es amplio. Usted escoja.

Sigue siendo motivo de estudio la conformación de alianzas en la Asamblea Nacional, a la luz de los últimos sucesos. Lo que pensábamos: “MOCA aliado incondicional de VAMOS”. Lo que es: “Tanto uno como otro tienen intereses distintos”. Lo que pensábamos: “RM jamás cedería el quinto puesto a VAMOS en la Comisión de Presupuesto”. Lo que pasó: “Los independientes ganaron la pulseada y se impusieron al oficialismo”. Finalmente: ¿Qué orientación tomarán los panameñistas? Bueno, eso todavía es un misterio.

Si bien el deporte en general impacta con facilidad el ánimo del aficionado, al punto de enardecer hasta el más apático, en el límite entre el bullying y el odio racial/étnico se traza una línea que divide lo sancionable y lo tradicionalmente aceptable.

De allí que la FIFA sancione cánticos denigrantes contra Vinícius y que recientemente haya iniciado una investigación por cánticos de Argentina contra Francia: “Escuchen, corran la bola, juegan en Francia pero son todos de Angola”. ¿Cuál será el castigo por esto? O mejor aún, ¿habrá castigo?

Es una de las herencias más incómodas que le dejaron al nuevo alcalde. Porque tiene toda la razón, él y quien considere que parte del problema recae en la última administración alcaldicia.

La política (o antipolítica) de mirar hacia otro lado y evitar atender la buhonería dejó sus estragos.

Ahora la pelota pasa a Mayer, que tiene dos caminos: O bien mudarlos a una nueva área cuyo desarrollo económico es incierto o mantenerlos en el ecosistema salvaje donde ya han prosperado.

No siempre el orden trae bonanza económica. Para muestra Salsipuedes.

El país es testigo de cómo se van rompiendo botellas con la llegada de nuevas autoridades, elegidas el pasado 5 de mayo. Ya sea en los municipios, en el Ejecutivo o en la propia Asamblea, hoy por hoy considerada la universidad de las botellas en Panamá, donde la figura de “promotor comunitario” adquirió un matiz de sinvergüenzura, a costa de remuneraciones (con el recurso de los panameños) destinadas al activismo político. Son millones de dólares que recuperará el estado, millones que serían canalizados en obras públicas.