"Trabajar de noche no es bueno, te deteriora la salud", afirma Roxana Panozo Alba, una boliviana que limpia oficinas en las madrugadas londinenses. Los inmigrantes como ella representan una proporción creciente de los trabajadores nocturnos, fundamentales para la economía británica.
"Somos fantasmas", afirma, por su parte, Leandro Cristovao, un angoleño que envasa alimentos en un almacén de Londres mientras la gente duerme.
De los nueve millones de trabajadores nocturnos, los extranjeros pasaron en una década de 1,5 a 2 millones, según datos de 2022 de la Oficina Nacional de Estadísticas.
En el sector...