Con la mirada perdida, Mesut Hancer agarra la mano de su hija muerta, Irmak, de 15 años, inerte entre dos losas de hormigón. En la ciudad turca de Kahramanmaras, la pena y la rabia se mezclan por la falta de ayuda a las víctimas del terremoto que dejo miles de muertos.
Kahramanmaras, epicentro de sismo devastador (7,8) que sacudió el lunes el sur y el sureste de Turquía, es solo ruina y desolación.
Pero el martes todavía no habían llegado ni ayuda ni suministros a esta ciudad de más de un millón de habitantes, situada en el sur de la región de Capadocia.
Aquí, igual que en la ciudad de Antioquía,...