Dulce de frutas, un clásico de diciembre
Durante la temporada de fin de año, los dulces de frutas se convierten en protagonistas de las mesas en diciembre, tanto en Navidad como en Año Nuevo. Estas preparaciones, elaboradas a base de frutas cocidas y endulzadas, forman parte de una tradición que se mantiene viva en muchos hogares y que evoca recuerdos familiares y celebraciones compartidas.
En los últimos años, estos dulces han evolucionado y ahora incorporan nuevos ingredientes que realzan su sabor y textura. Además de las frutas tradicionales, como papaya, piña, nance o coco, se les agregan frutos secos como nueces, almendras y maní, así como pasitas, que aportan un contraste dulce y una sensación más completa al paladar.
A estas combinaciones también se suman ingredientes como canela, clavo de olor, anís, vainilla y cáscara de naranja o limón, que intensifican los aromas característicos de la época. Algunos dulces incluyen además miel, panela o azúcar morena, lo que les da un tono más oscuro y un sabor más profundo.
Otra tendencia que ha tomado fuerza es la incorporación de semillas y otros complementos, como ajonjolí, linaza o chía, que aportan un toque distinto y, en algunos casos, un valor nutricional adicional.
Esta mezcla de frutas frescas, frutos secos, especias y nuevos ingredientes ha permitido que los dulces de fin de año se reinventen sin perder su esencia. De esta forma, continúan siendo un símbolo de celebración, abundancia y tradición, presentes tanto en reuniones familiares como en intercambios y mesas compartidas durante las fiestas decembrinas.