Asómense y hagan algo

Con la pandemia del coronavirus y después de ella, reaparecieron realidades sociales que se tuvieron bastante controladas. El número de ciudadanos viviendo en la calle, los consumidores de drogas que deambulan como zombies modernos en importantes barrios, parques o debajo de puentes, adultos pidiendo dinero y en particular niños, los cuales deberían estar en un aula escolar. En estaciones del Metro, paradas de autobuses y zonas comerciales, hay niños en mendicidad y un adulto muy cerca. Las autoridades, sean ministerios, agencias, institutos o electas, deben actuar con urgencia. Es grave.