Entre rituales y esperanzas durante esta época del año
Ya empezó la temporada navideña y con ella, el ajetreo inevitable de las fiestas de fin de año. Son días en los que el país se ilumina, las agendas se llenan y las emociones se mezclan entre nostalgia, celebración y expectativas. Pero también es la época en la que muchos, casi en silencio, empiezan a buscar alivio y esperanza a través de rituales para “atraer” un mejor 2026.
Cada diciembre reaparecen las velas, las infusiones, las limpiezas energéticas, las maletas en la puerta y las uvas a medianoche. Parecen simples costumbres, pero en realidad revelan algo más profundo: la necesidad humana de sentir que aún tienen control sobre lo que viene, aunque sea a través de pequeños gestos simbólicos.
Para algunos es tradición; para otros, una especie de refugio emocional ante un año que se sintió pesado.
No se trata de juzgar si funcionan o no. Lo cierto es que estos rituales los conectan con la esperanza, ese motor que empuja a revisar lo vivido y proyectar un futuro más amable. Si algo les deja esta temporada, es la certeza de que todos buscan lo mismo: entrar al nuevo año con un poco más de fe en que las cosas pueden mejorar. * Periodista.