El clamor por un empleo digno

El retumbar de miles de jóvenes, adultos y profesionales en ferias de empleo, filas interminables y formularios digitales no es solo ruido: es un grito colectivo.

Se les nota en el rostro la angustia, la incertidumbre, la urgencia. Piden una oportunidad, no por comodidad, sino por necesidad.

La falta de empleo no solo golpea el bolsillo, golpea la dignidad. Ver a personas preparadas, con ganas de aportar, ser ignoradas o subvaloradas, duele como sociedad. Y aunque se abran plazas, muchas veces son insuficientes o inalcanzables por barreras innecesarias.

La necesidad se ha apoderado de miles. No buscan lujos, buscan estabilidad. Un ingreso, una oportunidad de crecer, de dejar de sobrevivir y empezar a vivir.

El sistema debe dejar de ver el desempleo como una estadística. Detrás de cada número hay un rostro que espera.

Que se abran más puertas, pero, sobre todo, que no sean solo simbólicas. Panamá necesita empleos reales, dignos y sostenibles. Y necesita que escuchemos ese clamor, antes de que se convierta en silencio resignado. * Periodista.