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La planilla estatal: ¿Están protegidos los funcionarios?

Al cierre de marzo, la planilla del Estado registró pagos a unos 255,360 servidores públicos, de los cuales 235,376 son permanentes y 19,984 son eventuales, esto se traduce en un gasto de planilla $428.4 millones en sueldo bruto

16 de mayo de 2024

La reducción de la planilla es una de las promesas más recurrentes entre las nuevas autoridades electas, pero qué tan factible es cumplir con esta aspiración.

El abogado Augusto Berrocal, asesor legal de la Federación Nacional de Asociaciones y Sindicatos del Sector Público (Fenasep), explica que los trabajadores estatales están amparados por la Constitución y por la Ley de Carrera Administrativa, aunque existen puestos que son de libre remoción y nombramiento, esto incluye a los gobiernos locales.

La Carta Magna, en el artículo 307, establece que el personal de “confianza”, directores, subdirectores de entidades autónomas o semi-autónomas, secretaría y de servicio adscrito a los servidores públicos, jefes de misiones diplomáticas, aquellos con mando y jurisdicción no forman parte de ninguna carrera; y lo mismo se dice de los profesionales, técnicos o trabajadores manuales que se requieran para servicios temporales.

En el caso de los funcionarios de carrera, es decir, aquellos que entraron a la institución por mérito o curso, o con puestos amparados por la Ley, pueden ser retirados: por renuncia, reducción de fuerza (laboral), destitución o invalidez o jubilación.

“Existen trabajadores estatales que están amparados, hablamos de docentes, el sector salud, policías, bomberos; en el caso de los municipios los trabajadores sociales, abogados, ciencias agropecuarias, entre otros”, detalla el jurista.

Dirigentes de Fenasep

ml | “Existe una ley de carrera administrativa desde 1994, y ningún partido político que ha llegado al Ejecutivo la ha apuesto en marcha, ya que para ellos la manipulación del sector público le es beneficiosa”, asegura José Alba, de Fenasep.

Por su parte, el abogado Augusto Berrocal explica: “La clase política ha logrado crear una percepción de que todos los trabajadores del sector publico son botellas y eso es falso. Para mí son los menos”.

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