La corrupción de periodismo
El campo del conocimiento y de la actividad humana en donde se puede entender mejor el convulsionado mundo de nuestros tiempos, es el campo del periodismo. Entendido, éste, en su significado original, relacionado con la información como una necesidad de la naturaleza humana. Todos los seres vivos conocen; pero, solamente el hombre conoce que conoce. Y ese es el valor de la información, tema del periodismo. La información tiene como finalidad el bien de la persona, su perfeccionamiento. Este perfeccionamiento obligado de todas las profesiones por medio de la recta razón y la libertad responsable. De otras profesiones surgen comunicadores eficientes. Pero, solamente en el mal periodismo es en donde existe la mayor amenaza. Tal, el actual periodismo norteamericano.
El gobierno de Obama, logrado según el sistema vigente, fue, no obstante, una administración desarrollada sobre la mentira y proyectada hacia una sociedad engañosa sostenida por poderosos medios de comunicación tradicionales (mainstream media) corrompidos por el relativismo y la ideología de género, trabajados por activistas de esos campos ideológicos, al servicio de la nueva sociedad diseñada para el Nuevo Orden Mundial (NOM) de las Naciones Unidas. La victoria de Donald Trump, legítima y contundente según el sistema, ha sido perversamente puesta en dudas y promovido su desconocimiento legal y popular por los medios, atentos a divulgar protestas populares promovidas por las izquierdas, como se ha demostrado.
Una situación inédita en ese país. Pero, el triunfo de Trump es el de la verdad sobre la pesadilla. El de la libertad de conciencia, de creencias y prácticas religiosas y culturales; el triunfo de la verdad de la familia y la libertad que las protege. El triunfo de la verdad de una milenaria cultura de raíces cristianas, amenazada por políticas de odio y negación. Estos objetivos y la realidad de una sociedad desorientada moralmente, amenazada en su seguridad y bienestar económico rebajado, motivaron al votante generalmente abstencionista, al inseguro y al cansado de las mentiras políticas, a confiar en el desconocido pero diferente candidato. El periodismo corrupto continúa su labor destructiva de la mano de las campañas de odio del partido derrotado; males que el presidente enfrenta sin temor y burlándose, con el apoyo de medios fuera del sistema tradicional engañoso. El periodismo norteamericano fue modelo y ejemplo para el mundo. Hoy día, se arrastra hacia el abismo. Pero, la verdad del periodismo vencerá en ese gran país y en todas partes.
Miguel Espino
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*El autor es periodista.