Opinión

El impulso disruptivo del siglo XXI

17 de octubre de 2024

La Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser un concepto futurista para convertirse en una fuerza disruptiva que redefine sectores como la salud, el transporte y la educación. En lugar de automatizar tareas, la IA ofrece soluciones más eficientes y personalizadas. En salud, los algoritmos permiten diagnósticos más rápidos, prediciendo enfermedades antes de manifestarse. En el transporte, los vehículos autónomos prometen mayor seguridad vial y están transformando las ciudades. La educación también evoluciona con sistemas de aprendizaje adaptativo que ajustan los contenidos a las necesidades de los estudiantes.

Sin embargo, este potencial viene con desafíos. La privacidad de los datos, el impacto en el empleo y la ética de las decisiones automatizadas son preocupaciones crecientes. A pesar de estos retos, el progreso es innegable.

Los avances en modelos como GPT y las APIs democratizan el acceso a esta tecnología, lo que significa que empresas de todos los tamaños están empezando a aprovechar su poder. La pregunta ya no es si la IA va a cambiar el mundo, sino cómo gestionaremos su impacto para asegurarnos de que lo haga de manera justa y responsable. Estamos solo al comienzo de una revolución que promete cambiar el mundo.

* Docente universitaria.