¿Pueden las emociones imponerse a la verdad?
10 de noviembre de 2020
La mentira emotiva, mejor conocida como la posverdad, se ha impuesto en las redes sociales y en importantes medios de comunicación social como patrón para hacernos creer una realidad distorsionada.
En el mundo de la comunicación, y eso incluye a periodistas, publicistas, relacionistas públicas e inclusive políticos y grupos particulares la manipulación de lo que creemos o aceptamos como correcto, termina describiéndonos la versión interesada que queremos aceptar. La posverdad es desinformación y también demagogia profesional.
JAMES APARICIO
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