Opinión

Urbanidad en la atención de la salud

05 de diciembre de 2022

Comportamiento acorde con los buenos modales que demuestra buena educación y respeto hacia los demás, es una definición sencilla de urbanidad.

Mi motivación al hacer esta reflexión es que me impresiona esta conducta ha disminuido entre personal de la salud y los pacientes.

En doble vía. Si mi sospecha es cierta, será lamentable pues debilita esa confianza mutua entre ese binomio personal de salud y paciente. Sobre todo cuando involucra a colegas.

Tal escenario, hace más difícil la realización de diagnósticos y tratamientos, pues nacen reservas de ambos lados. Si el paciente por esa pérdida de empatía con el médico, prefiere ocultar temas importantes de su historial clínico, el diagnostico más certero podrá perderse. Igual la adhesión a instrucciones y tratamientos del médico al paciente se perderá.

Realmente no me explico las causas de esta probable situación. ¿No envolvió la indiferencia a todos?.Hay ocasiones que al perder esas prácticas saludables de las normas de urbanidad que fortalecen ese binomio importante, el paciente en ocasiones sobrevalora los hallazgos que encuentra en el “Dr. Google” o la opinión de familiares que no han estudiado medicina e infravaloran al colega. Me refiero al colega que es idóneo. Que esta actualizado. Que ha sido un pilar de confianza para el paciente.

Es altamente peligroso este ambiente. El médico podrá igualmente caer en el desdén y hacer menos esfuerzos en esa relación debilitada. Pero no debemos quedarnos a la expectativa si eso está ocurriendo.

Hay que fortalecer nuestra urbanidad y la confianza. Hay que volver a esos : “buenos días”-.- A ese: “¿cómo está?, ¿cómo se siente”?, al menos en los saludos cotidianos.

Debemos comprender al paciente como un ser más allá de lo biológico.

A conocer las determinantes sociales que influyen en sus patologías físicas o mentales.

A entender al médico también como un ser humano con fortalezas y a veces debilidades académicas o de otro tipo. A ponderarlo como un ser humano, no un Dios.

Lo importante es renovarnos en las mejores prácticas de la urbanidad, y no dejar que todos cada día caigamos en las arenas movedizas de la desidia o el poco me importa.

* El autor es médico.

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