Sobre el anuncio del aumento del Salario Mínimo
El anuncio de un aumento salarial de apenas diez dólares mensuales, que después de deducciones obligatorias se reduce a 8.89 dólares, equivalentes a menos de cinco centésimos por hora revela una fractura profunda entre el crecimiento macroeconómico de Panamá y la realidad material del trabajador. En los dos últimos años, el país ha registrado incrementos significativos de su PIB, reflejando expansión agregada de riqueza, productividad y capacidad económica; sin embargo, ese crecimiento no se redistribuye de forma proporcional ni respeta el principio constitucional de salario mínimo suficiente, vulnerando la coherencia jurídica-laboral que debe regir un Estado social de derecho. Un aumento tan ínfimo, desprovisto de impacto real sobre el poder adquisitivo, desconoce la inflación acumulada, el costo de vida y la dignidad económica del trabajador, convirtiendo la política salarial en un ejercicio meramente simbólico. Desde la perspectiva social y financiera, esta desconexión debilita el consumo interno, agranda la brecha de desigualdad y erosiona la confianza en las instituciones, afectando directamente la estabilidad socio-laboral y la cohesión del país. La economía crece, pero el bienestar no: ese es el verdadero problema estructural. Si Panamá aspira a una relación laboral moderna, justa y sostenible, debe traducir su bonanza macroeconómica en incrementos reales que dignifiquen el trabajo; un ajuste de diez dólares mensuales no solo es insuficiente, sino un recordatorio contundente de que el desarrollo económico pierde sentido cuando no alcanza a quienes lo hacen posible con su fuerza laboral. * Ciudadano.