Salud preventiva, la clave
Los adolescentes son considerados como un subconjunto saludable de la población, y como resultado, generalmente no se les da importancia a sus necesidades de salud, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Y es que en la adolescencia, los chicos creen que tienen súper poderes y pocos le hacen caso a un malestar o dolor que sientan. Es cuando los adultos pensamos “ojalá tuviera esa edad”, porque vemos como los jóvenes pasan casi por inadvertida una situación de salud sin tomar la medida de acudir a recibir atención.
Sin embargo, al final no es la mejor decisión dejar de atenderte con un especialista pensando en que el dolor o malestar es momentáneo, porque muchas veces pueden ser señales que envía el cuerpo de ciertos padecimientos que ni sospechamos tener.
Pero cómo dar esa educación a las personas cercanas sobre salud preventiva y que no hay edad para contraer cualquier tipo de enfermedad. Si incluso los adultos somos tercos y no vamos al médico hasta el final, cuando ya no resistimos el dolor.
Recordemos que existen muchos hábitos dañinos que son adquiridos tempranos en la vida, y se convierten en problemas serios de salud en la edad adulta. Así que debemos prestar atención a cada cosa que sentimos en nuestro cuerpo y acudir a revisión. Cada persona, desde joven deber programar un chequeo periódico de la salud en general, como cuando de bebé nos llevan a un control mensual o anual.
Así nos percatemos a tiempo cómo estamos internamente en cuanto a la salud, porque hay padecimientos que no presentan en un inicio signos y luego se detectan lamentablemente muy tarde.
Por eso es importante la revisión preventiva porque muchas enfermedades son curables y otras que si se descubren en un inicio, se puede seguir una vida normal con un tratamiento. Seamos más responsables con cada uno, porque sin una buena salud no podremos desempeñarnos bien en nuestro diario vivir.
* La autora es periodista.