Problemas con el colesterol

La dislipidemia es alteraciones de los niveles de lípidos (grasa) en la sangre. Puede deberse a factores hereditarios y/o a factores adquiridos. Son trastornos asintomáticos (no producen síntomas), pero que a largo plazo producen daños en los vasos sanguíneos, ocasionando infartos del miocardio, ateroesclerosis generalizada y enfermedades vasculares cerebral ("derrame") y afección a otros órganos del cuerpo.

Al ser asintomática, la única forma de darse cuenta que lo tenemos es haciendo exámenes de sangre para ver los niveles de colesterol y triglicéridos. Entre los factores de riesgo están: sobrepeso/obesidad, herencia, inactividad física, dieta alta en grasas saturadas (carnes rojas, embutidos, etc). En el Censo Nacional de Salud Preventiva que está llevando a cabo el Gobierno, estamos encontrando que el 33% de la población mayor de 40 años sufre de dislipidemia, por lo que urge una medida de control y esta tiene que se a través de estilos de vida saludables.

Es un mito negativo si pensamos que los flacos no sufren de dislipidemia, ya que cómo vemos, la herencia influye. Tenemos que hacer cambios en nuestras vidas si queremos controlar las grasa del cuerpo. Entre estas: cambiar los hábitos alimentarios a comer más frutas, vegetales, granos, carnes blancas, aceite de oliva, girasol o maíz. Limitar el consumo de bebidas gaseosas.

Ejercicio, caminar al menos 30 minutos por día, al menos 4 veces a la semana. Controlar el peso es muy importante. Medicamentos en caso que su médico lo considere. Es importante hacerse este examen de sangre una vez al año, a pesar de no tener síntomas, para estar seguro del control que se tiene sobre las grasas.

La lucha contra la dislipidemia es permanente, porque es una enfermedad que se controla, pero no se cura en la mayoría de los casos, sobretodo los hereditarios. Si tiene los niveles de colesterol y/o triglicéridos altos, consulte con su médico y no le haga caso a los vecinos.
*El autor es ministro de Salud de Panamá.