Opinión

La vida te puede cambiar en segundos

01 de agosto de 2019

Cuando veo el apetito insaciable de políticos, empresarios y personas corruptas por el dinero, me pregunto ¿para qué tanta avaricia?, si en un segundo les puede cambiar la vida. No hay dinero que compre la salud, el amor, la honorabilidad o felicidad y armonía en el hogar. Sin pensarlo, sin planearlo, ni esperarlo, un segundo cambia el curso de nuestra existencia. Situaciones fortuitas o las decisiones que tomemos determinan la fortuna o la desgracia, el éxito o el fracaso.

En la Nochebuena disponiéndome a salir a cenar en familia, di un paso en falso y terminé en el hospital operada a consecuencia de las fracturas. Un segundo, cambió mis planes y por fortuna no fue peor. Este hecho, otros muy cercanos y aquellos que relatan los medios de comunicación, dan lecciones para aprender y comprender la importancia de vivir el presente, valorar lo que se tiene y diferenciar lo pasajero e intrascendente de lo que es esencial e importante.

Si hacemos un inventario de lo que tenemos y hemos vivido, hallaremos ejemplos de más, para concluir que cada segundo cuenta. El día tiene 86,400 segundos, y uno solo puede borrar una historia y comenzar otra. Cada uno cuenta para marcar el destino de nuestra vida, esa que sigue corriendo porque el cronómetro no para.

Estimado lector, le invito a mirar a su alrededor, fijarse en lo que tiene, lo que puede hacer y de lo que se está perdiendo. La vida es tan maravillosa, pero pasamos distraídos por las ocupaciones, pendiente de la agenda y el reloj, concluyendo que no nos alcanza el tiempo. Sí alcanza, para desconectarse y disfrutar de la maravillosa oportunidad de abrir los ojos cada mañana. El mejor momento es ahora. El ayer ya pasó, el mañana no sabemos si lo logremos alcanzar; la vida tiene su ‘deadline’, su límite de tiempo. De modo que no hay que desaprovecharla soñando, planeando o viviendo la de otros. Pasamos haciendo un mapa de ruta que a veces ni empezamos a recorrer, la muestra son los propósitos de cada año nuevo. Tenerlo todo es lo que definimos como éxito. Comemos ansias, cuando podemos deducir sabiamente, como el cantante y compositor Bob Dylan, que “un hombre tiene éxito cuando se levanta por la mañana, y se acuesta en la noche, y en medio del día hace lo que le gusta”.

María Teresa Patiño Amor
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