¿La música ha perdido profundidad en la era del algoritmo?
Las plataformas de streaming y redes sociales han transformado la música, los algoritmos dictan qué canciones escuchamos, priorizando lo que genera más reproducciones, interacciones y viralidad, esto ha llevado a que muchas canciones sean más cortas, pegajosas y con estructuras diseñadas para atrapar rápido a los jóvenes, sobre todo.
El auge de TikTok es un claro ejemplo, los artistas ahora crean canciones pensando en clips de 15 segundos que puedan convertirse en tendencia, esto ha generado una industria donde importa más el “gancho”, la parte más pegajosa de la canción, que la narrativa o la experimentación sonora, muchos éxitos parecen fórmulas recicladas y optimizadas para el streaming.
Por ejemplo, “Callaíta” de Bad Bunny o “Yo quiero bailar, yo quiero gozar” de Fidel de la Cruz con Yesimar Camaño, son el ‘gancho’ que llevaron esas interpretaciones a la cumbre de las reproducciones.
Sin embargo, a pesar de que lo efímero es lo que predomina en los sitios de descarga, aún hay artistas que apuestan por letras profundas y producciones innovadoras; así mismo, espacios como SoundCloud permiten que propuestas más experimentales encuentren su audiencia.
¿Realmente hemos dejado de valorar la música con contenido o simplemente consumimos lo que nos sale en redes sociales?