Opinión

La deuda pública y su compromiso con la sostenibilidad fiscal

29 de diciembre de 2025

Ante recientes publicaciones periodísticas que presentan de forma simplificada las cifras de deuda pública, el Gobierno Nacional considera necesario precisar los datos y poner en contexto la situación fiscal del país.

1.⁠ ⁠Herencia de una deuda de arrastre sin precedentes

El actual gobierno recibió, en los informes del mes julio de 2024, un nivel de endeudamiento histórico de aproximadamente B/. 51,812 millones, acumulado durante el quinquenio 2019-2024. Este stock de deuda no incluía obligaciones previas que, finalmente, son compromisos que deben ser pagados. La cifra informada representó un incremento de más de B/. 20,000 millones respecto al saldo de 2019, producto de compromisos asumidos durante la pandemia, la caída de ingresos corrientes y el uso de deuda para financiar gasto corriente y subsidios extraordinarios.

Es por este motivo que gran parte de esa deuda no se transformó en inversión tangible, como gastos de capital (inversión pública) al servicio del desarrollo integral del país.

Al cierre de esa administración, Panamá enfrentaba una presión estructural sobre las finanzas públicas, con múltiples proyectos sin financiamiento garantizado y con vencimientos de deuda a corto plazo.

2.⁠ ⁠Esfuerzo de ordenamiento y contención del endeudamiento

Desde el inicio de su gestión, el Gobierno del presidente José Raúl Mulino ha adoptado una política de ordenamiento fiscal responsable, centrada en tres ejes:

1. Transparencia contable: se incorporaron en los registros oficiales obligaciones previas no contabilizadas, conocidas como deuda de arrastre, para reflejar la verdadera magnitud de los compromisos heredados.

2. Revisión de contratos y pasivos contingentes: el MEF y la Contraloría General trabajan en la depuración de pasivos, incluyendo cuentas por pagar acumuladas y compromisos multianuales heredados.

3. Prioridad al gasto productivo: se ha instruido priorizar inversión pública estratégica —energía, agua, infraestructura vial y educación técnica— por encima del gasto burocrático superfluo, responsable de la ralentización económica de los últimos años.

3.⁠ ⁠La deuda actual refleja transparencia, no incremento neto de gasto.

Sinceramos los datos, no hay vicios ocultos en nuestros informes. El aumento observado en el saldo de la deuda pública a septiembre de 2025, que alcanza aproximadamente B/. 58,694 millones, no responde netamente a nuevos préstamos de carácter discrecional, sino principalmente a:

* Reconocimiento contable de deudas atrasadas (obligaciones con proveedores, contratistas y proyectos sin pago del periodo anterior).

* Reestructuración de deuda interna para mejorar plazos y reducir el costo financiero futuro.

* Cobertura de vencimientos cortos heredados del quinquenio anterior, sin aumentar el gasto corriente.

En otras palabras, una parte sustancial del incremento visible es producto de la regularización de pasivos ocultos, no del endeudamiento nuevo. Estamos convencido que la verdad es un valor fundamental para ordenar las cuentas públicas.

4.⁠ ⁠Compromiso con la disciplina fiscal y la confianza internacional

El Gobierno reafirma su compromiso con la sostenibilidad de las finanzas públicas.Se trabaja en un Plan Fiscal 2026-2029 orientado a:

* Reducir gradualmente la ratio deuda/PIB.

* Aumentar la recaudación sin elevar impuestos, mediante digitalización y eficiencia tributaria.

* Controlar la masa salarial y eliminar subsidios ineficientes.* Fortalecer la inversión pública con impacto social y económico real.

Panamá mantiene, pese a los desafíos heredados, una posición fiscal y crediticia sólida en la región, con plena capacidad de cumplir sus obligaciones nacionales e internacionales.

Estamos construyendo una sólida base de sustentación para la economía a largo plazo. Honramos los compromisos, aumentamos la inversión y los gastos del gobierno se pagan con recursos propios, no con más deuda.