Inteligencia Artificial sin plan, gasto seguro
En tiempos donde la Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en la promesa más seductora del ecosistema empresarial, muchas organizaciones caen en la trampa de “probar por moda” sin propósito, sin rumbo y, lo más grave, sin retorno.
La IA no se trata de instalar tecnología ni de correr pilotos para presumir innovación. Se trata de resolver desafíos reales con impacto concreto en los resultados. Por eso, urge dejar de ver la IA como un juguete experimental y empezar a diseñarla como una inversión estratégica.
El punto de partida no es técnico, sino empresarial: ¿Qué problema se quiere resolver? ¿Dónde aplica? ¿Cómo se implementará? ¿Cuándo se medirá? ¿Para qué se prioriza? ¿Por qué vale la pena? Cada una de estas preguntas es una alerta para evitar el desperdicio de recursos.
Y, sobre todo: ¿Cuál es el indicador que realmente importa? Sin una métrica central, todo esfuerzo se dispersa. Un proyecto sin norte es solo una excusa costosa.
La IA no es el futuro. Ya es presente. Pero solo dará frutos a quienes la aborden con enfoque, propósito y métricas de verdad.
¿Tu organización ya sabe qué espera de la IA? Porque si no lo sabes tú, la tecnología no te lo va a resolver. * Consultor en Transformación Digital.