EDITORIAL : Confrontación inaceptable

Las autoridades tienen el deber y la obligación constitucional y legal de establecer el orden público cuando así las circunstancias lo requieran.
Los amagos de violencia en algunas protestas y cierres de calle son inaceptables desde todo punto de vista. La protesta, si bien es cierto es un derecho constitucional, no le da a los manifestantes una carta en blanco para cometer desmanes o afectar a terceros.
Las iglesias, defensoría del pueblo y diversas organizaciones que han ofrecido un diálogo tienen también que intervenir para pacificar el país y hacerle entender a quien se expresa en las calles, que la violencia no es el camino al entendimiento.
Cuando se cierran vías públicas, se levantan barricadas, se utilizan capuchas y se olvida el lado pacífico de la manifestación se manda un mensaje equivocado.