Cuidados en el embarazo
Lo primero que se debe saber del embarazo es que no es una enfermedad. Es un estado fisiológico, en el cual ocurren cambios hormonales en el cuerpo y cambian algunos requerimientos, sobre todo nutricionales de la mujer.
La alimentación durante el embarazo debe ser completa y variada. El aumento de peso en una paciente que inicia el embarazo con un peso ideal debe ser de 9 a 13 kg hasta finalizar el embarazo (25 a 30 libras). Bajo esta misma premisa, si se inicia el embarazo con un peso por arriba del ideal se podría regular el aumento de peso y así se evita una ganancia mayor, lo que claramente reduciría riesgos al final del embarazo.
Es importante aumentar el consumo de frutas, verduras y legumbres, por sus beneficios a nivel inmunológico e intestinal, las mismas deben ser lavadas correctamente antes de ser ingeridas. Se deben reducir los alimentos con mucha azúcar. Igualmente, se recomienda disminuir el consumo de alimentos con excesiva cantidad de grasa de origen animal, como tocino, embutidos y mantequilla.
Hay que evitar consumir alimentos crudos; las carnes, los huevos y los embutidos deben estar bien cocinados para evitar la ingesta de bacterias o parásitos que pudiesen portar dichos alimentos. La Academia Americana de Pediatría, al igual que el Centro para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos, no recomiendan la ingesta de alcohol durante el embarazo, ya que no se puede asegurar el grado de absorción en las pacientes embarazadas.
La higiene durante el embarazo debe extremarse y se recomienda al menos 1 baño diario, ya que durante el embarazo aumenta la sudoración, así como el flujo vaginal y por esta última condición no es necesario utilizar ninguna crema u óvulos de limpieza o preventivos al menos que sean recetados por su médico.
La higiene bucal también se debe aumentar, ya que las infecciones de las encías pueden ocasionar contracciones uterinas e incluso desencadenar un parto prematuro; por tanto, se recomienda asistir al dentista para su limpieza durante el embarazo y es importante recalcar que todos los tratamientos que éste indique son seguros y no afectan al bebé.
El trabajo habitual puede continuarse durante el embarazo siempre y cuando no cause fatiga física o psíquica excesiva, hasta el octavo mes del embarazo, a partir de este momento debe reducir la actividad física siendo recomendable el descanso laboral en las últimas semanas ya que puede ocasionar hinchazón de las piernas y de las manos. *El autor es ministro
MIGUEL ANTONIO MAYO DI BELLO
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