Crueldad silenciosa

José Luis Ríos Moránjriosmr@gmail.com En el mundo existen personas que buscan la manera de obtener dinero perjudicando a los demás, en ese afán por conseguir sus propósitos no les importa a quien o a quienes lastimen, sus objetivos son claros. La mayoría de estas personas, valiéndose de su verbo, se ganan la confianza de los que mañana serán víctimas del delito conocido como: “Trata de Personas”.
La Trata de Personas, es un fenómeno que afecta a todos los países del mundo, es un delito complejo que requiere de un estudio profundo, está relacionado con las desigualdades estructurales y vulnera gravemente los derechos humanos. Pero, también es un crimen que roba inocencias, vidas, además deja secuelas y daños psicológicos en las víctimas; es un delito que toma fuerza con el pasar de los días y se ha convertido en el negocio perfecto de los criminales que lo realizan.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la trata de personas se manifiesta de muchas formas, siendo un 38,7% de las víctimas explotadas de manera sexual, que tiene lugar en la calle, en burdeles, centros de masajes, hoteles o bares.
Las víctimas, principalmente mujeres y niñas, sufren a menudo violencia y abusos extremos. Otro 38,8% son explotadas para trabajos forzados, alrededor del 10% se ve obligada a realizar actividades ilegales, como carterismo, robo de bolsos, mendicidad o venta de drogas. Otras formas de explotación son el matrimonio forzado, la extracción de órganos y la servidumbre doméstica.
Me duele saber cómo estos criminales acaban con la vida de una niña - no sé si alguno sea padre- pero el daño que les hacen es irreversible, prácticamente la asesinan en vida, ya que esa menor vivirá eternamente con malos recuerdos y desconfiando de todo. Unas de las razones por los menores son blanco de la trata es la pobreza, el insuficiente apoyo a los menores no acompañados ante el aumento de los flujos migratorios y de refugiados, los conflictos armados, las familias desestructuradas y la falta de cuidados parentales.
No dejemos a los niños solos; la proliferación de plataformas digitales supone más riesgos para los menores porque tienden a conectarse a estos sitios sin las protecciones adecuadas, mientras que los Estados deben priorizar la protección de los menores, reforzar las leyes, mejorar la aplicación de la ley y proporcionar más recursos para combatir esta trata, un crimen silencioso, que genera cada año unos beneficios estimados en 150.000 millones de dólares.
* Periodista.