Opinión

Chocolates y abrazos desenfrenados

23 de marzo de 2023

Deja que se imaginen, que hablen de todo, que nos juzguen si quieren...Vivamos nosotros (estrofa “Si te preguntan”- cantante Rey Ruiz). Reencontrarse con viejas amistades o compañeros de clase que conocimos décadas atrás, es sin duda responsabilidad de las redes sociales, que nos han permitido reanudar vínculos luego de mucho tiempo y retomarlo bajo otros eventos. Estas confluencias con personas que solo habíamos mantenido una “simple” amistad juvenil y que ahora, luego de años transcurridos, de hijos, nietos, divorcios o viudez, redescubrimos la empatía y solidaridad compartida. Los que tenemos más de 50, bajo estas condiciones, nos permitimos tener intimidad, porque esa otra persona nos genera confianza y mutuo entendimiento, más que una atracción física.

En ese sentido, la sexualidad a partir de los 50, es una construcción individual que genera curiosidad, una pasión impetuosa, un deseo genuino, basado en una fruición sabia y dinámica, producto de las experiencias vividas y el deseo de entender, sintonizarse y conocer al otro y en especial a uno mismo, principio básico para que una relación funcione. Ser amigos con “privilegios”, es conocer ese placer inédito, sentirse valorado y cuidarse mutuamente, respetarse, es construir y garantizar, sin ofender ni lastimar al otro.

* El autor es docente.

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