Opinión

Cada pueblo tiene su propia aspirina

06 de septiembre de 2023

Está comprobado que “cada pueblo tiene su propia aspirina”, como decía el general Omar Torrijos.

Se nota en el hablar. En Costa Rica lo que nosotros llamamos tiendas ellos le dicen “pulperías”. En Panamá tenemos una calle llamada “Sal si puedes” pero los ticos se refieren a ella como “Salís si podés”.

Mientras en El Vaticano están preocupados por la salud del Papa Francisco, aquí lamentamos la muerte de Ceferino Nieto.

En La Habana una dama se ruborizó cuando un panameño expresó preferencias por batidos de papaya ignorando que en Cuba le dicen “papaya” a la vulva de la mujer. Para los cubanos la papaya es “fruta bomba”.

Los argentinos tratan a los demás de “Che”. Con un sorbo de humor dicen que para honrar al Mickey Mouse argentino los gringos tiene un Hotel “Sheratón” y un vehículo “Chevrolet”.

Cuando en México, el doctor argentino Ernesto Guevara, se incorporó al movimiento 26 de julio que viajaría a Cuba para iniciar la revolución ya era apodado “Che Guevara”.

Eso de “cada pueblo tiene su propia aspirina” también se aplica a la cinematográficas. En películas mexicana no pueden faltar mariachis.

En el cine estadounidense prevalecen las armas, violencia, sangre, bombardeos y ataques. O el gigantesco dinosaurio que quiere acabar con la ciudad pero se vuelve tierno ante la muchacha bonita.

Muchas películas “gringas” que llegaban a Panamá eran de vaqueros y predilectas del Dr. Arnulfo Arias.

Precisamente, el 11 de octubre de 1968 , cuando en el Teatro Lux veía “Los Malvados de Firecreek” película de vaqueros de la Warner Brothers protagonizada por James Stewart y Henry Fonda, la Guardia Nacional le propina el golpe de Estado.

Los panameños tenemos una forma particular de hablar. La palabra “carajo” condimenta nuestras conversaciones. Para decir lejanía expresamos “queda en casa del carajo”; de poca importancia “me importa un carajo”; la mujer hermosa “está mas buen que el carajo” y para largar “te vas para el carajo”.

Al hombre le decimos “ man” a la muchacha “ guial”, “chupar” es tomar bebida alcohólica. El tonto es “pendejo” o “ahuevado” y hacer el amor es “echar un polvo”.

El general tenía razón. “Cada pueblo tiene su propia aspirina” y nosotros somo diferentes.

* El autor es periodista.

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