Opinión

Panamá intenta reposicionarse como centro de inversiones

13 de julio de 2022

A pesar de que el fantasma del Covid-19 sigue pululando en el ambiente y la guerra Rusia-Ucrania amenazada con una estanflación en el último trimestre, la economía panameña luce resiliente, al tiempo que, hasta marzo de 2022, el índice de Actividad Económica refleja un crecimiento positivo gracias al desempeño del sector comercial y, en menor grado, el sector hotelero y el de la construcción, según Torino Economics, la filial de Torino Capital Group Company, conocido banco de inversión y corredor de bolsa, en cuyo Reporte Junio 2022, estima “un crecimiento alrededor del 5%, a finales de 2022, la cual podría ser la tasa de crecimiento promedio de la actividad económica del país en los próximos años”.

De acuerdo con Luis Prato, economista senior de la firma, “Panamá ha dado pasos sólidos en los últimos años en el camino de la recuperación del crecimiento, la consolidación fiscal y la atracción de inversiones de forma sostenida, a pesar de la irrupción de la pandemia COVID-19, y de la reciente guerra entre Rusia y Ucrania, que ha implicado el agravamiento de la ruptura de las cadenas de suministro global y de la inflación”.

Panamá, depende en gran medida de la inversión extranjera directa y ha trabajado para que el proceso de inversión sea atractivo y sencillo, por ello el país sigue sostenido en tres legislaciones para Zonas Económicas Especiales, mecanismo ideado para atraer inversiones al país, lo que significa que ahora más que nunca deberá reimpulsar la promoción de estas zonas especiales para el establecimiento de un mayor número de corporaciones que buscan ser un hub en América Latina. 

Para ello estarán esta semana en Panamá Rudy Sánchez y Gianfranco Di Flumeri, representantes de Torino Capital, para visitar clientes y buscar nuevos inversionistas. Sánchez se desempeña como jefe de Productos Estructurados y Di Flumeri como director ejecutivo para Latinoamérica. 

Una de las tareas por resolver es la del desempleo, que ha sido absorbido casi en su totalidad por la planilla estatal, mientras que el sector privado perdió 327.340 empleos formales, acentuando la contracción que inició en el 2013, cuando éstos representaban 53% de los empleos del país, para caer a 33% en el 2020, una reducción de 20% en 7 años.  

Otra tarea pendiente es el conflicto de Panamá con el GAFI, que otorgó un período de gracia a las autoridades panameñas para el ajuste de las normativas financieras del país a sus estándares, para sacar al país de la Lista Gris. Entre los últimos cambios, se estableció un intercambio de información financiera bajo parámetros de la OCDE, pero hasta el momento pareciera que no son suficientes las acciones tomadas por el país.

Señala Luis Prato que “los esfuerzos por parte de las autoridades panameñas en lo que hemos denominado una “cruzada” por salir de la lista gris de la GAFI, deben traducirse en resultados concretos que permitan al país consolidarse como un centro de inversiones en la región, capaz de fortalecer el sistema financiero local bajo los estándares de regulación internacional”.
El autor es consultor en Comunicación.

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