Nacionales

Papa consagra altar de la Catedral Basílica Santa María La Antigua

02 de agosto de 2019

Lineth Rodríguez | Entre gritos, banderas y vítores fue la entrada de papa Francisco  a las calles del Casco Antiguo para oficiar la ceremonia de consagración del altar en la Catedral Basílica Santa María La Antigua, la primera Catedral en Tierra Firme en América, mientras las nuevas campanas no dejaban de repicar. La gente corrió de un lado a otro para verlo,  él saludaba. Sacerdotes y obispos le esperaban, al igual que miembros de hermanas congregaciones como la iglesia ortodoxa, los cuales le saludaron con efusión.

“El altar representa la cátedra del obispo, la sede, sería como un altar madre”, comentó el padre Francisco Verar, director de FETV, Apostolado Mariano, quien estuvo en la transmisión explicando cada detalle de la celebración.

El Papa subió al nicho de Santa María La Antigua y le colocó una Rosa, de la misma forma que el papa Pablo VI lo hizo en el Santuario de Fátima, lo que significa un gesto de amor hacia la Virgen. El Papa donó una rosa pontificia a Santa María La Antigua, que es nuestra patrona.

Entre los mensajes del santo Padre,  estuvo: “hermanos: No nos dejemos robar la belleza que hemos heredado de nuestros padres, que ella sea la raíz viva y fecunda que nos ayude a seguir haciendo bella y profética la historia de salvación en estas tierras”.

Luego del Santo Sacrificio, Francisco pasó a ungir con el Santo Crisma el altar, el cual cubrió por completo con las manos con el óleo, que representa la unción de Jesucristo Santo y que desde ahora está destinado para celebrar los sacramentos y todo culto de la iglesia católica.

El aceite se recogió con un paño que más tarde se quemó. “Desde ahora en adelante el altar pasa a representar a Cristo”, dijo Verar.  “No es para uso exclusivo del obispo, cualquier sacerdote puede celebrar la eucaristía en este altar”, agregó el padre Paco.

A la nueva mesa del Señor se le agregaron los manteles, candelabros y un crucifijo, y de inmediato la prepararon para el festejo del cuerpo y la sangre de Cristo.

Monseñor José Domingo Ulloa tomó la palabra para confirmar el compromiso en el proceso de conversión de la iglesia, que busca ser misericordiosa, servidora y casa de acogida para todos. Le dijo al Papa que no está solo en este caminar, que somos una iglesia que camina de la mano de María. Le entregó una pintura de Eduardo Pironio, un cardenal argentino, el sexto argentino agregado al colegio cardenalicio.

Contenido Patrocinado
TE PUEDE INTERESAR