El sombrero pinta’o, joya panameña

En La Pintada, provincia de Coclé, los artesanos se dedican a la confección de una pieza en particular: el sombrero pinta’o.

Sus técnicas han pasado de generación en generación, hasta ser hoy consideradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Pero ¿qué hay detrás de esta prenda folklórica? Para el artesano Arquímedes Rodríguez, toma alrededor de tres meses de trabajo su elaboración, mediante un complejo método con el cual se obtienen las fibras naturales.

“De la planta bellota obtenemos la mayor parte del material con el que creamos el sombrero, que también incorpora fibras del junco, la pinta y la chonta” precisó el artista, quien lleva 45 años en este negocio.

Una vez cortadas las ramas a emplear, agregó, empieza su tratamiento. “Se dejan madurar para cortar en tira con un compás y cocinarlas; después, se dejan en agua durante la noche, se tienden a la mañana siguiente y con tres días de sol y sereno, ya están listas para tejer”.

El junco y chonta, por su parte, llevan otro procedimiento que garantiza su característico color negro mediante remojo en lodo.

Con esto se pasa a su armado, fase en que se toman en cuenta las vueltas, es decir la cantidad de trencillas empleadas; los hay desde siete, hasta veintidós.

El folklore no se estanca, sino que evoluciona con su gente y por ello nuevas tendencias en sombrero pinta’o han surgido.

Omaira Gordón es una de las artesanas que ha popularizado técnicas novedosas, como la de “pastillita”, “pinta mosquitos de colores”, “volador” y “kimbol blanco”.

Gordón contó que: “Los tradicionales son los blancos con los tarcos (líneas) en negro, pero ya manejamos otras tendencias de colores vistosos, que igual se pueden usar con cualquier vestimenta típica”.

El sombrero pinta’o es para el pueblo pintaeño un motor económico e insignia de aquel hombre del campo apegado a sus tradiciones.