Bajo fuerte presión de los mercados y de la opinión pública, el gobierno laborista británico intentó el miércoles disipar los temores sobre las finanzas públicas presentando en el Parlamento un presupuesto con subidas de impuestos y medidas en favor del poder adquisitivo.
“Mi elección es un presupuesto para una fiscalidad justa, unos servicios públicos sólidos y una economía estable”, declaró la ministra de Finanzas, Rachel Reeves, encargada de presentar el plan gubernamental ante los diputados.
Para cumplir su promesa de financiar a largo plazo cada gasto (excepto inversión) con ingresos, la ministra...