Otro fin de semana largo

Con el Viernes Santo se inicia el fin de semana largo que muchos panameños esperan para realizar viajes al interior, visitar a la familia, descansar e incluso reflexionar. Se profese o no se profese la fe cristiana, los trabajadores asalariados tienen este día libre y en caso de trabajar deberán recibir 150 por ciento sobre el salario de la jornada ordinaria de trabajo. Los fines de semana larga son una inyección económica para la industria doméstica de turismo. La misma se reactiva con ocupación hotelera alta. La venta de comidas típicas se dispara. Sin dejar de lado el turismo religioso que se instala en el Casco Antiguo y en las principales iglesias del país.

Las iglesias evangélicas realizan retiros espirituales, se alquilan buses, se compran comidas, etc. Detrás de un Viernes Santo hay mucho movimiento de dinero. Aunque algunos empresarios se han quejado de que Panamá tiene demasiados días libres, es indudable que los fines de semana largos reactivan diversas industrias de una forma integral, pero pica como una avispa a los empleadores. Nuestro país tiene una riqueza religiosa muy diversa que puede ser exportada y vendida como lo hacen otros países vecinos con sus peregrinaciones. Sin embargo, aún estamos en pañales con respecto al turismo religioso.

* Periodista.