La salud mental en Panamá
En particular, tristemente he observado desde hace ya, un par de meses, un conflicto por objetivos o también lo puedo clasificar como un conflicto interorganizacional, suscitado entre dos profesiones de la conducta humana, la Psicología y la Psiquiatría, teniendo como motivo de discordia, la realización de la evaluación y emisión de la certificación de salud mental de un individuo, como producto de una evaluación integral, la cual puede ser realizada de manera totalmente independiente, por ambos profesionales idóneos (psicólogo y psiquiatra), conforme a las implicaciones de salud pública, laborales y legales.
Así mismo, (Geraldine Emiliani, 2021, parr 3), señala lo siguiente: Se emiten certificados de salud mental, siempre y cuando la persona o paciente a evaluar pueda expresarse a través de lenguaje oral y/o escrito y que mantenga una adecuada orientación en tiempo, espacio y persona y en su capacidad de juicio.
Este documento es necesario para trámites universitarios, laborales, administrativos privados y en el sector público, trámites notariales, y personas en procesos de adopción. Procedimientos judiciales, y para determinar si la persona está o no apta para portar arma de fuego o licencia de conducir.
Y, en otras diligencias. A nivel internacional la certificación es autorizada tanto por psiquiatras como por psicólogos.
Por lo tanto, se hace importante recordar, antes de finalizar este análisis, que por motivos de Redacción y Estilo, es imperativo, con la debida presencia de todas las Organizaciones Profesionales de Psicólogos de Panamá, revisar desde el principio, por completo, el Anteproyecto de Ley 314 de 2020, que estabelece Políticas Públicas de Salud Mental, así como utilizar un correcto y adecuado método científico de Resolución de Conflictos, como por ejemplo, estabelecer una Mesa de Negociación, conformada por el Orgáno Ejecutivo, el Orgáno Legisltaivo y todas las diferentes Organizaciones de la Psicología Panameña; a la vez, esta Mesa de Trabajo, deberá contar con una cultura en la cual se sustente el optimismo y la confianza de expresarse libremente, mesa en la cual cada persona o grupos interesados en el tema, puedan brindar su opinión con libertad y sin ser atacados y llevados hacia un tedioso conflicto, que exclusivamente les afecte, su dignidad y su inteligencia emocional, para así de esta forma, evitar actos discriminatorios y excluyentes. *Licda. en Adm. de Recursos Humanos.
Larissa A. Quintero
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