Opinión

El proceso a Jesús de Nazareth

01 de agosto de 2019

José Alberto Álvarez Á[email protected] los que somos cristianos esta es la semana más importante del año. Es la Semana Mayor. La Semana Santa. Y antes de iniciar nuestro mensaje semanal, hagamos un alto, un momento de reflexión y pidamos a Jesús, y a su Santo Padre, que infunda deseos de justicia a todos los panameños, tanto a ciudadanos, como a jueces y gobernantes para que hagan comparecer a rendir cuentas a todos, sin excepción, que no se hable más de una justicia selectiva. Los abogados existimos para dar consejos, para atacar y defender. Estas son las más importantes de las funciones. Ser abogado conlleva conseguir clientes, asumir riesgos, enfrentar a las partes, convencer a los jueces, y al final cobrar nuestros honorarios. El abogado existe para eso.El principal apostolado del abogado es conseguir justicia, no para él, sino para otros. He hecho las anteriores anotaciones para introducir el tema de este lunes Santo. Ningún abogado panameño debe descuidar sus ojos de la justicia, y de quienes son llamados a responder y quienes no, como tampoco debemos olvidar los nombres de Caifás, Poncio Pilatos, el Sanedrín y otros para comprender 'El Juicio a Jesús'.Esta es la semana de la Pasión, Muerte y Resurrección. Es la semana de mayor oración y reflexión entre los cristianos. El juicio a Cristo no fue realmente un Proceso, fue un linchamiento, con todos los horrores de las violaciones legales, tanto a la ley judía como a la ley romana de la época. Escribió José Elías Romero en su libro 'El Proceso a Cristo' lo siguiente: "A los judíos no se les acusa de crueldad sino de traición, y a los latinos no se les acusa de traición sino de crueldad... Los romanos no enfrentaron a Jesús por razones religiosas, estos fueron los judíos".A Cristo, lo dice el penalista Romero, no se le respetó ningún principio constitucional (que no existía) y se le mató bajo procedimientos penales de entonces, pero con un proceso violatorio de esas propias leyes vigentes. El proceso a Jesús es, por lejos, el proceso penal más importante de la historia.Tan pronto Jesús fue aprendido en el monte 'Getsemaní' lo llevaron donde Anás (suegro de Caifás, sumo sacerdote de aquel año). Era la primera vez que Jesús se enfrentaba a su más fiero enemigo. En poco espacio de tiempo, horas nada más, a Jesús lo interrogan Anás y Caifás y Herodes y Pilatos. En ese espacio ocurren claras violaciones a la ley judía: notoriedad y privacidad. Nadie podía ser juzgado al amparo de las sombras ni en la clandestinidad. Dice la historia que el interrogatorio hecho por Anás fue sin la presencia de testigos y sin abogado que abogase por Jesús, aunque José de Arimatea ante el Sanedrín cumplió este papel. La principal acusación contra Jesús era la blasfemia. Del Interrogatorio de Jesús por parte de Anás quedó claro que Anás no tenía competencia para juzgarlo por ello lo remitió a Caifás.Según los libros leídos al respecto, el juicio a Jesús ante el Sanedrín o Sanhedrín comenzó a las 4:00 a.m. del día viernes.El Sanhedrín era la cúpula de la autoridad judía. Estaba integrada por 70 personasrepresentantes del dinero, de la religión y del saber.Este cuerpo condena a Jesús por blasfemo o falso profeta.Esta reunión violó claras normas jurídicas del derecho penal judío de la época; a saber:1.El Sanhedrín no estaba autorizado para celebrar esta clase de reuniones en la casa del sumo sacerdote.2. Casos de derecho penal en las que podía fallarse la pena capital no se juzgaban en días festivos ni en la víspera.3. Ningún acusado podía ser condenado en base a su propio dicho.4. No se presentaron testigos a acusar a Jesús.5. La blasfemia tal como fue tratada por el Sanhedrín no debió concluir en culpabilidad, pues Jesús no blasfemó contra Dios.Es decir, el proceso ante el Sanhedrín se sustentó básicamente en la afirmación de Jesús que él era el hijo de Dios.Se afirma que a las 6:00 a.m. de ese viernes, el Sanhedrín emitió su sentencia de muerte y remitió a Jesús a la autoridad romana para su ejecución. Y es que en esa época Judea estaba bajo la dominación romana; por tanto, no podía ejecutar la sentencia, esto es, matar al acusado.Y el poder en Judea lo ejercía Poncio Pilato, como gobernador; por tanto, procurador y preceptor del Imperio.Se dice que los representantes del Sanhedrín llegaron donde Pilatos a eso de las 8:00 a.m.Se sabe que la primera pregunta que le hizo Pilatos a Jesús fue "¿Eres tú el rey de los judíos?" y Jesús le respondió "Tú eres el que lo dice".Y cuando Pilatos les quiso devolver a Jesús a los judíos aduciendo que no encontraba falta alguna, los judíos le dijeron que no tenían facultad para aplicar la pena de muerte.La historia también cuenta que ante esta situación Pilatos envió a Jesús donde Herodes.Antipas, quien no lo condena porque lo considera un "extraviado mental" por tanto, lo devolvió a Pilatos. Eran las 10:00 a.m. del día viernes de la Pasión.Luego, de nuevo Jesús ante Pilatos, Caifás cambió la acusación. Acusó a Jesús de"alborotador", esto es, como de insurrección y que predicaba que no se pagasen impuestos al César. En el fondo, cambiaron una acusación religiosa por una política.Serían las 11:00 a.m. de ese viernes cuando Jesús es devuelto a Pilatos. Y es aquí donde se da el enfrentamiento de Pilatos con la muchedumbre. Pilatos pregunta "¿Qué hago con Jesús? y la muchedumbre responde "crucifícalo, crucifícalo".Y Pilatos temeroso toma agua y se lava las manos de la sangre que iba a derramar un hombre inocente. Pilatos, cuenta la historia, buscó dejar en libertad a Jesús, pero el temor a la muchedumbre y a qué fuese a pensar el César hizo que se acobardara.¿Cuántos Pilatos tenemos hoy en la administración de justicia? Jueces y magistrados con temor, con pavor a lo que piense el Ejecutivo de sus fallos. Y estos administradores de justicia deben ser erradicados del sistema. No queremos más "Poncio Pilatos".Poncio, el romano, no los nuestros, soltó a Barrabás y entregó a Jesús para que fuese crucificado en la cruz.Con ello se consumó no una ejecución, si no un linchamiento y como lo afirma el penalista Romero "Un asesinato tumultuario sin sentencia declaratoria ni condenatoria".Si bien es cierto con este juicio se cumplieron las Escrituras; por otro lado, el proceso y su ejecución violaron claramente las normas vigentes, tanto judías como romanas, de la época.Este juicio, este proceso, nos debe servir de ejemplo y de incentivo para reflexionar siestamos, o no, en la lucha para erradicar del sistema judicial a los jueces temerosos, cuales Poncios Pilatos.Que todos tengan una Semana Santa de mucha reflexión cristiana.*El autor es abogado.

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