El desafío hídrico de Panamá
Recientemente, tuve el privilegio de asistir a un conversatorio en la Biblioteca Presidente Roberto F. Chiari de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), donde se abordó el crucial tema del agua, los ríos y el Canal. Los expositores, incluyendo al Ingeniero John Langman, Vicepresidente de Proyectos Hídricos de la ACP, presentaron el tema con una destreza y conocimiento magistrales.
En lugar de simplemente narrar los detalles del extenso y profundo debate, sería más provechoso resaltar la importancia vital de la cuestión hídrica, especialmente en el contexto actual de sequía que enfrenta no solo el Canal de Panamá, sino toda la nación. Lamentablemente, parece haber una falta de conciencia generalizada respecto a este problema, que eventualmente nos afectará a todos.
Aunque los expositores plantearon el problema, alternativas y acciones desde diversas perspectivas, quedó claro que lo más crucial es la falta de una coordinación efectiva, principalmente en forma de una política nacional integral sobre el agua. Esta política debería unificar los esfuerzos de todas las instituciones hacia un objetivo común.
Se están llevando a cabo acciones, propuestas, estudios y acercamientos con las comunidades que podrían resultar afectadas por la construcción de embalses en alguna de las 52 cuencas hidrográficas de Panamá. La existencia de tantas cuencas es llamativa, considerando los problemas existentes de escasez de agua potable y distribución desigual en toda la población.
Estas cuencas se dividen entre la vertiente del Mar Caribe y la vertiente del Océano Pacífico. En la vertiente del Mar Caribe, hay 18 cuencas, como la del Río Sixaola, Changuinola y Cricamola. En la vertiente del Océano Pacífico, existen 34 cuencas, Río Chiriquí Viejo, Coclé del Norte, Chico, Palo Blanco, Platanal, entre otras. Destaca el Río Indio, con una extensión de 580 kilómetros cuadrados, hogar de 231 comunidades y más de 12,435 personas aproximadamente.
La reciente necesidad de replantear el servicio del Canal de Panamá, disminuyendo el número de buques que puede transitar, parece haber generado atención hacia el tema hídrico. Sin embargo, la urbanización dispersa, el crecimiento poblacional, la demanda industrial de agua y el continuo aumento del comercio mundial siguen exacerbando el estrés hídrico.
La pregunta que surge es evidente: ¿Qué medidas tomará nuestro país para enfrentar los desafíos que se avecinan? Lamentablemente, la respuesta sigue siendo desconocida. Es imperativo que como nación nos unamos para abordar esta crisis hídrica de manera urgente y efectiva antes de que sea demasiado tarde.
* Escritor y experto en Transformación Digital.