Editorial

Tozudez

01 de agosto de 2019

De aplauso la recomendación del alcalde de San Miguelito, de suspender los culecos en ese distrito. Es lo que cabía esperar de las máximas autoridades municipales dada la situación crítica que vive el país en materia de agua potable, y muy especialmente en las localidades del interior del país en las que, de todos modos y a contravía de lo más aconsejable, habrán de llevarse a cabo. En el caso del distrito especial, la iniciativa de su titular ha encontrado fuerte rechazo de parte de un representante de corregimiento que alega haber contraído diversos compromisos con terceros que, de ser cancelados, ocasionarían perjuicios serios. Queda claro que para el aludido alguna entrada económica eventual tiene más importancia que la salud y la vida misma de los habitantes de su comunidad. Es la visión característica de quienes son incapaces de reconocer la importancia jerárquica de las responsabilidades que le son confiadas por sus conciudadanos vía electoral. También es una concepción perversa del sentido de autoridad que se ejerce en beneficio de unos pocos, o de uno mismo, en perjuicio de todos los demás.

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