El Paternalismo
Si es bípedo, tiene plumas, cacarea y pone huevos, es gallina; no hay que darle vuelta. Igual con el populismo, por más fórmulas que se busquen para presentarlo de manera distinta.
El gobierno, después de haber condenado la práctica por parte de sus antecesores, pretende mostrarla bajo el predicado de que con la entrega de enseres y utensilios no se busca la lealtad electoral de los beneficiarios, si no llevar recursos a quienes lo necesitan.
Y es que los paliativos, por no ir a la raíz de los problemas, aseguran la perdurabilidad de estos y la consecuente dependencia de la ubre estatal. Si el paternalismo castra la voluntad de los marginados diciéndoles que no hay alternativa a las dádivas, el clientelismo pervierte el tejido social y cualquier viso de democracia. No nos echemos cuentos.