Opinión

¿Sumidos en la corrupción?

20 de abril de 2021

Fallos que nos dejan estupefactos por lo incomprensible. Casos de malversación de fondos públicos. Prófugos de la justicia que se pasean con sus fortunas de dudosa procedencia sin consecuencia.

¿Qué está ocurriendo? ¿Será que acaso el mundo está de cabezas? ¿Será que todo lo que está ocurriendo puede tener alguna explicación? Pueden ser muchas las explicaciones, pero muchos indicios apuntan a una conducta identificable, la corrupción.

Ese término que no es nada nuevo y lo escuchamos tanto que parece que ya no tiene resonancia. Su definición más comprensible podría ser en su actual sentido social y legal, es pues la acción humana que viola las normas legales y los principios de la ética. Sintetizando el concepto la corrupción se refieren a los actos deshonestos en que incurren los empleados del Estado. 

Actualmente es uno de los principales problemas identificados como graves y que merece atención en los países latinoamericanos. La corrupción está adquiriendo dimensiones preocupantes y que pueden hacer caer a los gobiernos en estados fallidos y los ciudadanos pareciera que no reaccionan.

Esto puede tener su explicación en que el ciudadano cree que porque no está involucrado en las altas esferas de las administraciones gubernamentales no puede hacer algo para combatir lo que está destruyendo la sociedad. Es un falso concepto y una salida fácil para mirar para otro lado.

Detrás de cada corrupto hay un corruptor, pero ellos actúan en impunidad si además quien observa la corrupción no denuncia y encubre. Esta forma de proceder del ciudadano provoca que quien comete corrupción se sienta en total libertad de actuar sin consecuencias convirtiendo al encubridor pasivo en cómplice.
* Autor es M.Sc. Adm. Industrial. 

 

Gabriel J. Perea R.
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