Opinión

Usurpación de tierras

15 de marzo de 2021

En algunos países latinoamericanos en el mes de abril se ofrenda a la tierra para el desmonte, el 15 de mayo se llama a la lluvia, a finales de mayo y en la primera semana de junio se pide permiso a Dios para la siembra, en los meses de agosto y en septiembre se agradece por los primeros tallos de maíz nuevo y en noviembre y diciembre, se agradece a Dios por la cosecha.

Todos conocemos lo que significa la parcela de tierra heredada de los padres a hijos. Herencia que en ocasiones se defendió, incluso, con la vida, ante intrusos que intentaron despojar a familias de sus predios. 

Este fenómeno social se registra desde Brasil hasta México. Hay historias de terror e injusticia. En Panamá veo con frecuencia a lo largo de las autopistas las edificaciones de lata y cartón, en las noticias  desde Bocas del Toro Chiriquí hasta el Darién donde los avivatos de siempre, utilizan a los que de verdad necesitan donde vivir, para usurpar predios y luego hacer negocios-

En Panamá hay registradas más de 408 invasiones de terrenos, de las cuales 82 han sido legalizadas según informes del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot).

Las provincias de Bocas del Toro, Panamá Este y Panamá Oeste que  son las zonas que más se registran asaltos de terreno privados y estatales. El Código Penal establece, en el artículo 181, que será reprimido con una pena de prisión de seis meses a tres años quien "despojare a otro" de la posesión o tenencia de un inmueble cuando ese despojo sea "por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad".

El delito puede materializarse, prevé el Código, "invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes", basta con que el despojo sea "parcial" para que exista delito. Hasta que no haya una tragedia se seguirá permitiendo esta peligrosa actividad.

* Periodista.

 

Melquiades Valencia
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