¿Quién defiende al consumidor?

Pedir comida por las plataformas de delivery es como comprar un billete de lotería, con muchas probabilidades, lo que genera incertidumbre.

Hay quienes pasan horas esperando por un pedido, y al revisarlo lo encuentran incompleto, revuelto o nunca aparece. El colmo es cuando el restaurante acepta la orden, la persona paga con su tarjeta de crédito y a la media hora, el local cancela porque no había o se acabó un ingrediente.

Entonces, avisan que el dinero se lo devolverán después de una semana, pero le cobrarán un porcentaje por la gestión virtual, la gente se queda con hambre y sin su plata. La pregunta es ¿Quién defiende al consumidor?