Roedores, ¿buenas mascotas?

Los roedores como cobayos, chinchillas y ciertos tipos de ratones han sido domesticados para hacerles compañía a los humanos, sin embargo, su tenencia implica una serie de adaptaciones en casa.

Oneida Calderón, veterinaria de Clínica Lassie, expresó que, aunque no los considera “mascotas”, son populares entre la población.

“Los hámsters, por ejemplo, son animales nocturnos y eso hay que tomarlo en cuenta si se les busca para un niño, pues, probablemente, nunca coincidirán en un horario saludable para relacionarse”, explicó.

Algunas de estas especies, sostuvo, necesitan suplementación especial de Complejo B dentro de su alimentación.

Calderón agregó que: “Dentro de su hábitat, los roedores necesitan algo para roer, como los bloques de minerales; cuando no se tiene eso, sus dientes pueden crecer de manera desmedida, hasta lesionar su boca e impedir que se alimenten”.

Si se busca cariño, las ratas son las ideales. Estas pequeñas se caracterizan por su gran inteligencia y capacidad de aprender trucos, juegos e incluso su nombre.

Por su parte, los jerbos son bastante independientes y pueden estar entretenidos por su cuenta un largo tiempo.

La médico veterinaria Kasey Cano recomendó también pensar en sus entornos. “Su jaula debe ser segura, capaz de evitar que se escape y suficientemente grande para que tenga espacio de moverse. Además, debe contener una madriguera y lecho, el cual debe ser para roedores domésticos; en su defecto se puede usar periódico en tiras o virutas de madera sin resina”.

En entornos domésticos, los roedores requieren sitios confortables, muchos juguetes para distraerlos, como los cilindros y las plataformas de varios niveles. Se aconseja llevarlos a atención veterinaria cada tres meses.