El Papa ha criticado la profusión de “energía sucia” en el mundo y también ha lamentado que no haya igualdad de oportunidades en el acceso a estas fuentes tecnológicas al hablar de “súbditos energéticos”.
“Hay mucha energía sucia en el planeta. Sucia, ciertamente, por las demasiadas fuentes fósiles y no renovables; pero también sucia por la injusticia, por las guerras que nacen y se alimentan del hambre de energía; sucia por relaciones laborales injustas, por concentraciones de enormes beneficios en pocas manos, por ritmos de trabajo insostenibles que contaminan las relaciones de empresa y el alma...