Nicky Minaj reinó durante mucho tiempo como la camaleónica más indómita del pop: una provocadora hipersexual, vestida de neón, cuya personalidad enfundada en látex, letras explícitas y afinidad con los outsiders la convirtieron en un icono global.
Pero ahora, Minaj -nacida en la caribeña isla de Trinidad y Tobago- acapara un foco distinto: viste de manera conservadora, es recibida cálidamente por activistas republicanos y habla cada vez con más fluidez el lenguaje del movimiento Make America Great Again (MAGA) del presidente Donald Trump.
"Le tengo un gran respeto y la más grande admiración a nuestro...