Después de diez años, cinco negociaciones sin lograr acuerdos en la mesa del salario mínimo, trabajadores y empleadores volvimos a sentarnos. Y esta vez, Panamá ganó. No porque fuera sencillo —porque no lo fue—, sino porque entendimos que estábamos ante una oportunidad en la que o perdíamos todos, o ganábamos todos. Aquí no había espacio para vencedores o vencidos; había espacio para construir país.
En la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) siempre hemos sostenido que la empresa privada y el Gobierno deben trabajar de la mano. Hoy podemos decir algo aún más grande: la...