Editorial

EDITORIAL: La personalidad

28 de febrero de 2024

Acontecido. Así definiríamos el primer debate presidencial, no tanto por las propuestas vertidas, sino por las confrontaciones que permitió el formato.

Y es precisamente a esa confrontación a la que nos queremos referir.

Podemos exigir decoro y buenas intenciones en los intercambios de ideas, pero estaríamos engañándonos si creemos que al maniatar el carácter del participante tendríamos de ellos una versión mejorada de su oferta electoral.

Recordemos que al final el elector no solo escoge a un político, también elige a un ser humano con carencias y virtudes, con sobresaltos anímicos, algunos más impetuosos que otros, pero al final transparentando lo que dejan fuera de la vista de los planes de gobierno.

Por tal razón y ante los críticos que piden ceñirse al código de conducta, el país gana más cuando se le revela la verdadera personalidad del futuro gobernante.

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