Opinión

Una curita para el niño llorón

31 de agosto de 2022

Esta historia no es sacada de un libro de cuentos, es una triste realidad que se vive a diario en el habiente laboral con un manipulador. Este es Charlie un manganzón, el joven “Caprichito” un individuo que utiliza la tragicomedia para obtener sus objetivos. Lo peor no son sus artimañas, lo malo es que no le ponen un alto a sus “Cantinfladas”.

Este personaje es una persona inmadura, incapaz de asumir situaciones estresantes, que regularmente culpa o responsabiliza a otros por sus roles, un especialista en el enfado fútil descontrolado, acompañado con una personalidad poco definida. Es triste que muchos adultos continúan promoviéndose a través de sus antojadizas gratificaciones inmediatas, llamar la atención, tratando así de lograr lo que desea sin importar las consecuencias.

Narcisista egocéntrico por naturaleza, impaciente e impulsivo, buscando salirse con la suya a través de la ira o el llanto para así lograr sus caprichos de forma automática, un signo de una limitada capacidad de aceptación a la frustración. Especialista en el juego de despistar y eludir para victimizarse.

No se puede permitir ceder frente al chantaje emocional del manipulador, en su lugar brindarle la oportunidad de participar en un Programa de educación emotiva conductual, para mejorar su comportamiento.

* El autor es docente.

Ernesto Maytín

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