Opinión

Dr. Reyes: De personalidades médicas vistas por un colega mexicano

30 de mayo de 2022

Seguidor de varias revistas  médicas de Latinoamérica, encontré en “ Medicina Interna de México”, un artículo que expone algunas  personalidades de colegas.

Comparto en forma breve parte de esa reflexión. La personalidad del médico, no es homogénea, como plantea el autor. Y la observamos en casi todas las profesiones.

“Apuntes para una psicología genérica de los médicos”, título del artículo del DR. Alberto Lifshitz. Artículo original en  el Volumen 38, #2, número 2, marzo-abril 2022.

El autor define la personalidad como  un “patrón de actitudes, pensamientos, sentimientos y repertorio conductual que caracteriza a una persona y que tiene cierta persistencia y estabilidad a lo largo de su vida, de modo tal que las manifestaciones de ese patrón en las diferentes situaciones tienen algún grado de predictibilidad. Describe al médico arrogante, al académico, al médico como paciente, y al burócrata. Del primero señala. El modelo de médico soberbio lamentablemente no es tan excepcional, y esta condición los deriva a sentir que tienen derecho a actuar arbitrariamente, a su manera, a menospreciar a los demás y a esperar que los obedezcan”.

Esta arrogancia suele ser un obstáculo en la relación médico-paciente en tanto que le escatima al paciente su derecho a la autodeterminación, no le concede competencia para participar en las decisiones que le conciernen ni acepta puntos de vista que difieran de los propios, máxime si provienen de un lego.

“Del académico. La medicina académica es hoy día una sub categoría que concede menos importancia a la dedicación absoluta al paciente y se distrae en actividades de investigación y educación. Sin duda, ofrecen una contribución fundamental al progreso de la profesión, pero no rara vez a expensas de cierta desatención a la labor de la atención médica directa. Puede caer en conflictos de interés cuando sus pacientes forman parte de sus protocolos y pueden confundirse las jerarquías de en qué sitio está su responsabilidad primaria".

“Probablemente la mayor experiencia empática de los médicos es cuando ellos mismos enferman. No solo les permite comprender mejor a sus pacientes, sino vivir las ventajas e inconvenientes del sistema de salud en el que se desempeñan. El comportamiento de los médicos en estos casos puede mostrar diversos rasgos. Unos cuantos asumen disciplinadamente su papel de pacientes, no cuestionan las prescripciones, cumplen el apego terapéutico y se abstienen de ofrecer opiniones médicas. Otros no pueden olvidar que son médicos y se asumen como su propio clínico, opinan sobre su diagnóstico y sobre su terapéutica”. Y del burócrata hace la siguiente pincelada.

“No solo quienes son empleados por el gobierno en sus distintas instituciones –aunque sobre todo ellos– tienden a privilegiar sus derechos laborales por encima de las necesidades de los usuarios. Lo importante parece ser la hora de salida, atender al menor número de pacientes posible, privilegiar los documentos por encima de las personas. Si bien tienen la obligación de respetar las condiciones de su contrato, la prioridad de los médicos no puede dejar de ser su paciente".

La denominación de “trabajador de la salud” es correcta, pero el valor de la salud debe superar al de ser trabajador, entendido en su versión laboral no en la de la laboriosidad. Lamentablemente este prototipo se ha extendido; basta ver las filas para registrar la salida del trabajo sin obsequiar un minuto más a la institución. ”¿Cuál señor lector seria la personalidad de su médico ideal?

 

 

Eduardo Reyes Vargas 
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