Opinión

El dilema de las novelas turcas

07 de noviembre de 2021

Panamá es un país que muy poco invierte en la producción de novelas, por lo cada dos o tres años estas ficciones que se programan en televisión nacional van cambiando de origen.

Por ejemplo hace cinco años los k-dramas, producciones originales de Corea eran muy gustadas, sin embargo, los encargados de traer estos seriales se han detenido, pese a que son un nicho vigente.
Panamá también pasó por su etapa de novelas brasileras, chilenas y argentinas.

No obstante las reinas indiscutibles eran las historias colombianas y mexicanas, trono que ahora se debaten con las casi eternas historias turcas. 

Adultos mayores y la población conservadora suele alabar estos culebrones debido a que, gracias a la censura turca, no se presentan escenas eróticas e incluso los besos entre parejas son imperdonables.

Cada novela que se emite en este país debe pasar por el Consejo Supremo de Radio y Televisión (RTÜK), agencia estatal que sirve para regular y sancionar las transmisiones de radio y televisión. Incluso los besos los consideran obscenos y que atentan en contra de los valores morales.

Todo esto sería supremamente positivo si la misma legislación aplicase para censurar los actos de violencia extremo hacia la mujer, quien suele ser la principal víctima y mártir de la historia. 

También la facilidad con la que los protagonistas se envenenan, tiran por las escaleras y repudian a sus propios familiares es alarmante.

Disfrute su novela, pero no se coma el cuento del superficial conservacionismo de turno.  

 

Gina Arias
[email protected]
*La autora es periodista de Metro Libre.

TE PUEDE INTERESAR