Opinión

“The red tape”

23 de enero de 2020

Ahora que el Sr. Presidente  de la República Laurentino Cortizo  salió, látigo en ristre, a fustigar y advertir a los funcionarios públicos de que no metan la mano en el erario público valiéndose de triquiñuelas, además de que se dediquen a trabajar en las funciones asignadas, sobre todo; a eliminar la excesiva burocracia, un amigo me recordó la frase de origen  anglosajón muy de moda en Estados Unidos; “The red tape”.

“The red tape” en USA se refiere a los que enredan, los trámites excesivos  en el aparato estatal, donde  exigen documentos abusivos y sin fundamento, demoran el papeleo  para obtener licencias, o cualquier certificación, hacen que varias personas o juntas directivas  aprueben una decisión y pongan en vigencia nuevas reglas, para que la gestión de los asunto públicos sea más lenta, incluso entra en juego el estado de ánimo del funcionario.  

La burocracia estatal no es nueva, la heredamos desde los asientos españoles y de los ingleses.   El escritor británico Charles Dickens lo  describió: "Britannia, esa desafortunada hembra, siempre está delante de mí, como una gallina atada: ensartada de un lado a otro con corrales de oficina, y atada de pies y manos con cinta roja”.

Los cuentos que se escuchan de los usuarios, de todas las instituciones públicas, son de espanto. Las trabas que inventan, lo lento o el desconocimiento, el “leceferismo” crudo ante   el solo hecho de querer hacer, hace la diferencia.

Al final, el “Red Tape” no es más que la institucionalización de la mordida, la coima, la mocha, “la comisión”.La corrupción  encarece y  hace imposible que el Estado avance  rápidamente. Por ello entiendo al Presidente de la Republica en un  mensaje que  envió a los funcionarios de su administración gubernamental;  "quien no trabaja por el país se va para su casa." Explicó que los funcionarios lo que tienen que hacer es trabajar y resolver.

Agregó: “El rendimiento de cada uno de ustedes pasa por el Presidente de la República”. Lo único que exigimos es trabajar y trabajar incansablemente. Ahora de la advertencia a la acción, a ver si enderezamos esta vaina.

 Melquiades Valencia
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* El autor es periodista. 

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