¿Un experimento social?

Hace unos días vi en Instagram una curiosa dinámica, en la cual prometían los planos de una casa, valorados en cinco mil dólares, a la persona que comentara la publicación y no recibiera ningún “me gusta”.

Lo interesante es que hubo gente que solo colocó un punto, una carita, signos de interrogación e igual recibieron “likes”. Eso, más que un concurso, parecía un experimento social para medir hasta dónde somos capaces las personas de sabotear a otros para que no triunfen o no alcancen sus objetivos. Se olvidan de que hay que ayudarse mutuamente para crecer.