Cultura

Mitos y verdades del vapeo

06 de junio de 2023

El vapeo, la inhalación de vapor por medio de un cigarrillo electrónico, comenzó a popularizarse hace alrededor de 10 años, convirtiéndose así en un tema sensitivo de salud pública.

Reina Roa, médica coordinadora de la Comisión Nacional de Control de Tabaco del Ministerio de Salud (Minsa), comentó que mediante una medición realizada en 2017 se constató que 6 de cada 100 jóvenes, entre 13 y 15 años, lo estaban practicando en Panamá.

“Los cigarrillos electrónicos funcionan con una batería y contienen nicotina líquida, que es una sustancia adictiva. Utilizan, además, aceite de Vitamina E o canabinol, que cuando se calienta, suele generar microgotas que van al aire y al inhalarse pueden producir daño/deterioro de la salud pulmonar”, explicó la doctora.

Los consumidores también les añaden saborizantes y otras sustancias químicas que ayudan a producir el aerosol.

Efectos en el organismo

Su uso es motivo de debate, pero para Roa es un hecho que, al igual que el tabaco convencional, libera sustancias tóxicas y cancerígenas.

Precisó que: “Como toda adicción, es posible que ocasione ansiedad y depresión. Por otro lado, se ha planteado que estos productos afectan tanto la memoria como la concentración, y por lo tanto hay una pérdida del autocontrol y o atención, sobre todo cuando el cerebro está en desarrollo o es joven”.

El vapeo se ha asociado a la aparición de bronquitis crónicas y neumonitis lipoidea.

En tanto, los líquidos que se introducen en estos dispositivos se relacionan a la incurrencia de intoxicaciones con nicotina entre niños que los manipularon.

“Los vapeadores están expuestos a una sustancia llamada capsaicina, que estimula el reflejo de la tos y por esto los puedes encontrar tosiendo con mucha frecuencia”, agregó Roa.

Las baterías de los cigarrillos electrónicos también suponen un riesgo, pues han explotado y causado quemaduras.

$!Mitos y verdades del vapeo
La regulación

ml | La comercialización de cigarrillos electrónicos está prohibida en el país; cualquier actividad parecida se considera ilícita, de acuerdo a la Dra. Reina Roa del Minsa. Al igual que los convencionales, su uso no es admitido en establecimientos y los administradores deben velar por ello.

Cuando el diluyente de estos dispositivos se vaporiza y gasifica puede ocasionar un daño térmico, porque no es normal respirar un vapor; este destruye la capa de células que reviste por dentro la vía respiratoria. También, causa daño celular.

La industria les pone sabores que los hacen ver cosméticos e inofensivos, pero producen adicción. La venta de estos aparatos está prohibida; quien sepa de su comercialización debe denunciar a las autoridades.

“Estudios indican que vapear podría generar problemas para dormir y disfunción sexual en hombres”, Dra Reina Roa
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