La vigilancia por la ingesta de azúcares refinados y almidones siempre debe mantenerse, sobre todo en esta temporada en la que hay muchas fiestas, tanto infantiles como de adultos. Las personas siguen olvidando que las enfermedades silenciosas se mantienen latentes, por lo que no deben bajar la guardia. No son los mismos tiempos en que chicos y grandes tenían vidas menos sedentarias; ahora los niños se mantienen sentados frente a una tablets, televisor o computadora, sin movimiento y los adultos, están igual o peor.