Japón puede haber abierto un nuevo capítulo de su historia espacial con el ensayo exitoso de un motor de cohete alimentado únicamente por una energía producida localmente: estiércol de vaca.
En la prueba realizada el jueves, el motor propulsó horizontalmente una llama azul y naranja de una decena de metros durante unos segundos a través de la puerta de un hangar en la isla septentrional de Hokkaido.
El biometano líquido necesario para la combustión se fabricó con “contribuciones” del ganado bovino de dos productores de leche locales, explica Takahiro Inagawa, jefe de la empresa japonesa Interstellar...