El emprendimiento llegó para quedarse

Es evidente que el emprendimiento entre los jóvenes que oscilan entre 25 a 44 años de edad ha logrado un crecimiento significativo, principalmente en esta época de pandemia, y todo  indica que vino para quedarse, porque los panameños han sabido con imaginación incursionar en el campo comercial independiente.

Esta es una de las enseñanzas que nos ha dejado la pandemia del Covid-19, en que los jóvenes  desempleados o aquellos panameños que le han suspendido sus contratos, buscan otra entrada económica para sobrevivir.

Esta situación ha puesto al descubierto muchos talentos entre la población joven, lo cual es impresionante, entre ellos la repostería, confección de ropa, la venta de comida gourmet o criolla vía redes sociales, fabricación de muebles decorativos, la mensajería,  venta de productos por internet,  el servicio de mecánica a domicilio y servicios de belleza entre otros.

El emprendimiento seguirá marcando el camino de los panameños, porque según las últimas estadísticas un 16.2 por ciento de cada 100 panameños en edad productiva está emprendiendo, y las autoridades del gobierno  mantienen un plan  atractivo en los bancos estatales para respaldar está iniciativa  de un alto porcentaje de jóvenes proactivos que desean seguir superándose con el objetivo de crecer como empresarios.

La era moderna con la utilización del sistema virtual ha sido una base fundamental para el mercadeo de sus productos y artículos, sin mayor costo, lo cual es una gran ventaja. Creo que la población en general ha sabido solidarizarse con los  emprendedores, comprándole sus productos o solicitando  sus servicios profesionales, esto se puede interpretar como un reconocimiento a su talento creativo. El nivel de emprendimiento se estima que está por arriba del 60 por ciento de acuerdo a expertos en economía.

Hemos visto también otra iniciativa de panameños en algunas barriadas: la venta de verduras, y frutas, colocando una pequeña mesa o utilizando sus propios vehículos, donde exponen sus productos. Así, de esta manera, les facilitan las compras de urgencia a los moradores del área. Lo cual es una buena iniciativa.

En las noches la venta de comida rápida también se  ha incrementado, porque  panameños con esa genialidad han acondicionado carretillas o los llamados “Food Truck”   y ofrecen los combos de hamburguesas, pollo asado, con acompañamiento de patacones  o los Hot Dogs con papas fritas, lo que los convierte en microempresarios.
Todo esto surge como una alternativa familiar, demostrando  que el panameño no se cruza de brazos y se reinventa para sobrevivir.
 

Víctor de la Hoz
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